Polos Opuestos.

Me molestaba tu ignorancia. Me molestaba tu manera de creerte superior. Me molestaba tu enorme ego. Sobre todo me molestaba que te comparases conmigo.  Porque tu y yo nunca seremos iguales. Me llamabas tu alma gemela mientras que no había nada mas paralelo que nosotros. Tu de derechas, yo de izquierdas. Tu Norte, yo Sur. Tu de sonrisa fácil, yo de cabreo fácil.

No todos los polos opuestos se atraen. Si no pregúntaselo al Polo Sur que llora cada noche por el Polo Norte. Que están tan cerca pero a la vez tan lejos. Se funde cada día un poco mas debido a un amor inalcanzable. Una lucha inacabable. Siempre estarán conectados por miles de ríos, mares y océanos... pero cada día mas distantes que el anterior. Y me paso los días y noches pensando en cómo y todo lo que encuentro es un para qué. Para qué el dolor. Para qué la distancia. Para qué luchar cuando nos detienen las diferencias. Cuando engañamos con apariencias. Y yo ya he perdido la paciencia.

Fin

Vivimos en una época de hipócritas. Vivimos rodeados de gente que ya no sabe ni lo que defiende y se contradice a la primera. Vivimos en un tiempo de matrimonios rotos. Lo único que se rompe aquí son las promesas y un “te quiero” no tiene sentido. No nos han enseñado a luchar. No nos han enseñado a decir no. Es mejor emborracharse y olvidar que pedir perdón y volver a intentar. Que cuando estés tirado en la cama a las 3 de la mañana te acordarás de que la cagaste. Te acordarás de como sus dedos recorrían tu cuerpo y como cada beso te hacía gemir. Te acordarás de su olor y de su piel apretada contra la tuya cuando os abrazabais en la cama. Como su cuerpo te hacía sentir seguro. Pero tu no, tu no estabas seguro. Tus amigos te rayaban la cabeza y cuando te rayas la cagas. Y la cagaste. La perdiste. Se marchó y ahora intentas hacer desaparecer el vacío pero no puedes. De bar en bar pero sabes que no la vas a encontrar. Has intentado con cincuenta otras pero ella es la única que te consigue hacer suspirar cuando te quitaba la ropa. Ella era la única que te quitaba el sueño y ahora deseas que todo esto fuese solo un mal sueño. Deseas despertarte por la mañana y verla. Joder, lo único que quieres es olerla. Y ahora aprenderás que los cuentos de princesas no existen y que los finales felices eran todos mentira.